martes, 30 de diciembre de 2014

Que difícil es hablar el español





Los autores de este vídeo son dos músicos colombianos: los hermanos Nicolás y Juan Andrés Ospina. Hace dos años decidieron colgar un vídeo en YouTube titulado Qué difícil es hablar el español. En las últimas semanas el vídeo volvió a resucitar y ya acumula más de 7,6 millones de reproducciones y más de 800.000 en la versión con subtítulos en inglés

Ahora el vídeo ha resucitado en Facebook, a través de la cuenta de un diario salvadoreño, y ha sido visto más de cuatro millones de veces en 10 días. Además, la citada publicación ha sido compartida casi 200.000 veces, multiplicando su alcance y favoreciendo su viralidad. 



El problema es que el video fue descargado y colgado nuevamente en otra cuenta de Facebook beneficiándose de las visualizaciones sin permiso de los autores del mismo. Esto mismo indicaba Juan Andrés Ospina sobre el tema: 

“Los de la página no solo tuvieron el descaro de bajarse el video de nuestro canal sin ninguna autorización previa para luego subirlo ilegalmente en su página, sino que tampoco se tomaron dos segundos para darnos el crédito o redireccionar a los posibles interesados a nuestro trabajo”. 

Juan Andrés Ospina y Nicolás Ospina, hermanos y músicos de profesión, son dos de los artistas más prolíficos y activos de la capital colombiana. Con una carrera internacional como pianistas, compositores, arreglistas y productores (al lado de artistas como Sofia Ribeiro, Fonseca, Misi, Paquito D’Rivera y Marta Gómez entre muchos otros) los dos hermanos crearon en el 2012 el grupo Musical de Humor ‘Inténtalo Carito’. 

Sus ingeniosas letras, escritas en torno a temas cotidianos y cargadas de un refinado sentido del humor, se combinan en el escenario con un despliegue de habilidades instrumentales y vocales que hacen de ‘Inténtalo Carito’ uno de los proyectos humorísticos más interesantes de la escena artística y musical actual. 

El vídeo pretende mostrar la diversidad cultural y lingüística del español y va espcecialmente dedicado a a todos y todas los que intentaron hablar español alguna vez y no lo lograron. 

Aquí dejamos la letra de la canción (ver original)

Yo viaje por distinto países, 
conocí las más lindas mujeres, 
yo probé deliciosa comida, 
yo bailé ritmos muy diferentes. 

Desde México fui a Patagonia, 
y en España unos años viví, 
me esforcé por hablar el idioma, 
pero yo nunca lo conseguí… 

Que difícil es hablar el español, 
porque todo lo que dices tiene otra definición. 
Que difícil entender el español, 
si lo aprendes, no te muevas de región! 

Que difícil es hablar el español, 
porque todo lo que dices tiene otra definición. 
Que difícil es hablar el español, 
Yo ya me doy por vencido “para mi país me voy.” 

Yo estudiaba el castellano cuando hacia la secundaria, 
de excursión de promoción nos fuimos para las Islas Canarias. 
En el viaje comprendí que de español no sabía nada, 
y decidí estudiar filología hispana en Salamanca. 

Terminada la carrera yo viajé a Ciudad de México, 
sentía que necesitaba enriquecer mi léxico. 
Muy pronto vi que con el español tenía una tara, 
y decidí estudiar otros tres años en Guadalajara. 

Cuatro meses en Bolivia, un post grado en Costa Rica, 
y unos cursos de lectura con un profesor de Cuba. 
Tanto estudio y tanto esfuerzo, y al final tu ya lo ves: 
ESTE IDIOMA NO SE ENTIENDE NI AL DERECHO NI AL REVÉS! 

Que difícil es hablar el español, 
porque todo lo que dices tiene otra definición. 
Que difícil es hablar el español, 
yo ya me doy por vencido “para mi país me voy.” 

En Venezuela compré con mi plata una camisa de pana, 
Y mis amigos me decían ‘Ese es mi pana, ese es mi pana!’ 
Y en Colombia el porro es un ritmo alegre que se canta, 
pero todos me miran mal cuando yo digo que me encanta. 

Los chilenos dicen cuando hay algo lejos “que esta a la chucha”, 
y en Colombia el mal olor de las axilas “es la chucha”, 
mientras tanto en Uruguay a ese olor le dicen ‘chivo’, 
y el diccionario define al chivo como a una ‘cabra con barbuchas’. 

Y cambiando una vocal la palabra queda “chucho”, 
y “chucho” es un perrito en Salvador y Guatemala. 
Y en Honduras es tacaño, y a Jesús le dicen Chucho, 
con tantas definiciones, como se usa esa puta palabra!? 

Chucho es frío en Argentina, 
Chucho en Chile es una cárcel, 
Chucho en México si hay alguien, 
con el don de ser muy hábil. 

El chucho de Chucho es un chucho ladrando, 
y por chucho a Chucho lo echaron al chucho, 
el Chucho era frío y lo agarró un chucho 
-“Que chucho”- decía, 
-“extraño a mi chucho”. 

Que difícil es hablar el español, 
porque todo lo que dices tiene otra definición. 
Que difícil entender el español, 
yo ya me doy por vencido “para mi país me voy.” 

Comencé por aprender los nombres de los alimentos, 
pero fríjol es ‘poroto’ y ‘habichuela’ al mismo tiempo. 
Y aunque estaba confundido con lo que comía en la mesa, 
de algo yo estaba seguro, un ‘strawberry‘ es una fresa. 

Y que sorpresa cuando en México a mi me dijeron ‘fresa’ 
por tener ropa de Armani y pedir un buen vino en la mesa. 

Con la misma ropa me dijeron ‘cheto’ en Argentina. 
-“Cheto es fresa yo pensé”-, 
y pregunté en el mercado en la esquina: 

-“Aquí están buenas las chetas?”
-, y la cajera se enojó. 
-“Andate a la re (peep) que te remil parió!” 

Y -“Fresas, parce”- me dijo un colombiano mientras vió que yo 
mareado me sentaba en una silla. 
-“Hermanito no sea bruto, y apúntese en la mano: 
En Buenos Aires a la fresa le dicen frutilla”. 

Ya yo me cansé de pasar por idiota 
digo lo que a mí me enseñan y nadie entiende ni jota 
y si “ni jota” no se entiende pues pregunte en Bogotá. 
Yo me rindo, me abro, 
me voy pa’ Canadá! 

Un ‘pastel’ es un ‘ponqué’, y un ‘ponqué’ es una ‘torta’ 
y una ‘torta’ el puñetazo que me dio una española en la boca! 

Ella se veía muy linda caminando por la playa 
Yo quería decirle algún piropo para conquistarla. 
Me acerqué y le dije lo primero que se me ocurrió, 
Se volteó, me gritó, me escupió y me cacheteó! 

-‘Capullo’- yo le dije, porque estaba muy bonita. 
y si capullo es un insulto, quien me explica la maldita cancioncita? 

(lindo capullo de alelí, si tu supieras mi dolor, 
correspondieras a mi amor, y calmaras mi sufri fri fri fri) 

Sufrimiento es lo que yo tengo, 
y por más que yo me esfuerzo yo a ti nunca te comprendo. 
Ya no sé lo que hay que hacer, para hacerse entender, 
y la plata de mis clases no quisieron devolver. 

Que difícil es hablar el español, 
porque todo lo que dices tiene otra definición. 
Que difícil entender el español, 
Yo ya me doy por vencido “para mi planeta me voy.” 

En España al liquido que suelta la carne la gente le dice ‘jugo’, 
Por otro lado en España al jugo de frutas la gente le dice ‘zumo’. 
Me dijeron también que el sumo pontífice manda en la religión, 
y yo siempre creí que un sumo era en gordo en tanga peleando en Japón. 

Conocí a una andaluza, se llamaba Concepción 
Su marido le decía “Concha de mi corazón”. 

-“Vámonos para Argentina, le dije en una ocasión”. 
-“Yo lo siento pero si me dices ‘concha’ creo que allá mejor no voy.” 
-“Pero Concha que te pasa, si es un muy lindo país, 
hay incluso el que compara Buenos Aires con Paris.” 
-“De mi apodo allá se burlan de la forma más mugrienta 
y siempre hay cada pervertido que de paso se calienta”. 

Y con tantos anglicismos todo es más complicado 
si traduces textualmente no tienen significado: 

-“I will call you back”
-, te diría cualquier gringo, 
-“Yo te llamo pa trá”-, 
te dicen en Puelto Lico! 

Y ‘ojos’ es ‘eyes’, ‘ice’ es ‘hielo’, ‘yellow’ el color de la yema del huevo! 
‘Oso’ es ‘bear’, y ‘ver’ es ‘see’, 
‘Si’ es una nota que en inglés es ‘B’… 

Y aparte ‘B’ es una ‘abeja’ y también es ‘ser’, 
y ‘Sir’ Michael le decía a mi profe de inglés. 

Y el que cuida tu edificio es un ‘guachiman,’ 
y con los chicos de tu barrio sales a ‘hanguear’. 
Y la glorieta es un ‘romboy’, 
y te vistes con ‘overol’. 

Porqué tiene que ser tan difícil saber como diablos hablar español!?!? 

No es que no quiera, perdí la paciencia 
la ciencia de este idioma no me entra en la consciencia! 
yo creía que cargando un diccionario en mi mochila, 
y anotando en un diario todas las palabras que durante el día aprendía, 
y leyendo, viajando, charlando, estudiando 
y haciendo amigos en cada esquina 
y probando todo tipo de comida 
y comprando enciclopedias y antologías, 

YO PENSE QUE APRENDERÍA 
Y QUE CON FE LO LOGRARÍA 
MIS ESFUERZOS FUERON EN VANO!!!! 

Yo creía que hablaría el castellano pero YA NO (no no no no)… 

Que difícil es hablar el español, porque todo lo que dices tiene otra definición 

“En Chile polla es una apuesta colectiva, en cambio en España es el pene. Alguna gente en México al pene le dice pitillo, y pitillo en España es un cigarrillo y en Venezuela un cilindro de plástico para tomar las bebidas. El mismo cilindro en Bolivia se conoce como pajita, pero pajita en algunos países significa masturbacioncita, y masturbación en México puede decirse chaqueta, que a la vez es una especie de abrigo en Colombia, país en el que a propósito una gorra con visera es una cachucha, y cachucha en Argentina es una vagina, pero allá a la Vagina también le dicen Concha, y Conchudo en Colombia es alguien descarado o alguien fresco, y un fresco en Cuba es un irrespetuoso! YA ESTOY MAMADO!” 

-“Pero ‘mamado’ de qué? 
Mamado de borracho? 
Mamado de chupeteado? 
Mamado de harto? 

…This is exhausting…

” Yo ya me doy por vencido, Para mi país me voy!!!


Fuente: El Ciudadano

viernes, 28 de noviembre de 2014

La aplicación de la mediación en el ámbito intercultural




La diversidad cultural presente en la sociedad occidental actual es un hecho que conlleva manifestaciones de diversa índole: sociales, económicas, jurídicas, etc.

La convivencia intercultural-derivada del pluralismo religioso, étnico y cultural- requiere la creación y desarrollo de un tipo de intervención social que solvente las dificultades derivadas de la diferencia cultural para lograr una integración efectiva tanto de las personas inmigrantes como de las pertenecientes a cultural autóctonas, distintas de las que tradicionalmente se han aposentado en nuestro país. Con esta finalidad nace precisamente la mediación intercultural, orientada no solo a la resolución de conflictos sino también a la prevención de los mismos- aspecto en el que se distancia del resto de ámbitos de la mediación. 

Fuente: Canal UNED.

viernes, 31 de octubre de 2014

¿Qué es la muerte? Canal UNED



Nuestra próxima entrega UNED se aproxima al misterioso, controvertido y siempre presente fenómeno de la Muerte, desde una perspectiva histórica, antropológica y social, tomando en consideración las distintas interpretaciones que, sobre la muerte, han hecho las distintas culturas del planeta. 


viernes, 24 de octubre de 2014

El dragón y el madroño


La china es la única comunidad extranjera que creció en Madrid en 2013. Una segunda generación que rompe estereotipos y el creciente interés por su cultura de los españoles abren una vía para una nueva relación 




Clases de chino en la academia Bunkyo, cerca de la Gran Vía. / ÁLVARO GARCÍA

"¿Cómo te llamas?”, pregunta una adolescente con indudable descaro. “Felipe”, contesta un joven chino bajando la música de unos auriculares que cubren gran parte de su cráneo. 

Es fácil que esta conversación, escuchada en un vagón de cercanías en Vallecas, se repita en muchos otros puntos de la ciudad. Si no con esa desvergüenza, al menos con la curiosidad que ocasiona el encuentro con una persona de rasgos físicos diferentes, como son los orientales. 

La otredad, que diría la Wikipedia. Incluso si la persona a la que suponemos extranjera posee nacionalidad española y habla el idioma local como lengua materna, que es lo que pasa en gran medida con los chinos que viven aquí. 

Porque en Madrid ya crece la segunda generación de chinos nacidos en nuestro país. Y compone la única comunidad extranjera cuyo número creció en 2013, cuando otras ya habían huido o se habían estancado. Este año se inició con 185.250 habitantes chinos repartidos por el territorio nacional. 51.300 en nuestra región, casi una cuarta parte del total. Y suponen la quinta población extranjera tras las de Rumanía, Marruecos, Reino Unido y Ecuador. 

Pero su forma de vivir ha cambiado. Carne de estigma, la población china ha pasado de estar relegada al mostrador de un bazar o a los fogones de un restaurante a ocupar un pupitre en las escuelas, ser un compañero de trabajo o reunirse en asociaciones universitarias de estudiantes. El progresivo abandono del estereotipo que sobrevolaba sobre esta población (tachada de desconfiada, huraña e incapaz de integrarse) se ha producido junto al interés hacia su lengua y, cómo obviarlo, hacia su pujante economía.

Anuncios de compraventa que mezclan español y chino en Usera. / Á. GARCÍA

“Ahora no nos miran, como cuando vine con mis padres y viajábamos por pueblos”, ríe Kwang Cheng, taiwanés de 36 años que optó hace ocho años por montar la academia de idiomas Bunkyo, al lado de la Gran Vía, después de pasar toda la vida en Madrid. “Vienen algunos chinos, pero sobre todo españoles. Lo hacen por curiosidad, por trabajo, para mejorar su currículum, por amor…”, enumera Cheng. “Veo a las nuevas generaciones mucho más integradas, aunque hemos pasado de extranjeros a inmigrantes, que es un estatus menor”, analiza quien comenzó con un discreto local y ya cuenta con varias aulas, una decena de profesores y grupos que rotan a lo largo del día. 

Los libros que estudian los tienen bien cerca. A unos metros se encuentra la librería Aprende Chino Hoy, que contiene volúmenes en japonés, coreano o chino. “La mayor diferencia es que los dos primeros idiomas los estudia gente mayor que tiene un interés determinado, y el chino es para niños”, señala Javier Moreno, que lleva siete años empleado en esta tienda y tiene un manejo más que fluido del mandarín tras una década empeñado en descifrar sus caracteres. “Es muy complicado y requiere tiempo. Muchos padres vienen con sus hijos para que lo vayan interiorizando desde pequeños”. 

Raquel Rubio es un ejemplo. Esta madre de 40 años decidió contratar a una asistenta china en cuanto nació su hijo, hace seis. Ahora gestiona la empresa Enjoy Mandarín junto a su socia Xiaojuan Liu, de 33 años. “Quería que mi hijo se criara envuelto en el idioma”, responde. Su plan ha tenido un resultado muy satisfactorio. “Mi hijo entiende todo y es prácticamente bilingüe”, asegura la madre. Y además se convirtió en una red de niñeras, empleadas del hogar y profesoras particulares —todo en femenino— que ya suma unas 300 personas. “He notado un cambio de tendencia impresionante. Antes se decía ‘¿Chino? Ya tengo bastante con el inglés’ y ahora se aboga por los dos”, explica. 

Rubio también matiza que la mayoría de clientes, llegados por el boca-oreja, ya hablan otra lengua extranjera como el inglés o el francés por su formación o su ascendencia. Muchos colegios —privados en su mayoría— ya ofrecen el chino entre sus actividades extraescolares. Y el número de academias, como la ya citada, se ha multiplicado. 

El acercamiento se nota en la actitud hacia el idioma, pero también en las escenas cotidianas. Parques infantiles, bares de copas o centros comerciales. Aunque la coexistencia más visible se produce en Usera (Useras, con ese, lo llaman algunos: puro cheli). En este distrito del sur, con algo menos de 140.000 habitantes censados en 2012, se concentra la mayoría de la población china (un 22,4% del total de la Comunidad). Apearse en esta parada del suburbano es como trasladarse a Pekín: carteles y anuncios en chino, parejas orientales de la mano… Nada más salir las aceras muestran cientos de paneles en chino. Cerca, la servidora de telefonía china You Mobile comparte un edificio empresarial con la consultora Mayeasy y con el Asador de Pollos Tokyo. Solo un trabajador esboza las suficientes palabras en español como para explicar el negocio: los clientes son familias chinas del barrio que llaman por un céntimo el minuto a China. La oficina hace esquina con la calle Juan Español. 

Grupo de alumnos de chino en una de sus clases. / ÁLVARO GARCÍA

La biblioteca pública José Hierro, por su parte, acoge un centro de estudios chinos al que acuden los residentes de esta comunidad del barrio. Elvira López, trabajadora del turno de tarde, contabiliza los 1.177 documentos en mandarín que atesoran. Novelas, diccionarios o DVD. La gerencia se encarga de conseguirlos por medio de editoriales del país. También hay donaciones. El libro más leído, con 96 préstamos en 11 años, es The wicked dragon law blows. Una aventura juvenil a lo Harry Potter, otra saga de las más solicitadas. “Les damos servicios específicos y promovemos su cultura. Como usuarios son muy decididos, casi no consultan nada”, cuenta. 

¿Adónde van los chinos cuando mueren? es el título que eligió el periodista Ángel Villarino para introducirnos en de las formas de vida y de negocios del colectivo en España. “Sorprende su capacidad de prosperar. Es la única comunidad inmigrante que ha conseguido enriquecerse de manera visible, la única que ha tejido una red de intereses sólidos con instituciones y empresarios locales”, escribe. También cuenta el rechazo de esta población hacia el occidental y destaca cómo una encuesta de la web Sohu de 2012 reflejaba que el 95% creía que se les trataba con demasiada violencia. “Hay mucha reticencia hacia el extranjero y un marcaje directo de la policía para sacar dinero y amedrentar a todos los que han venido de fuera”, afirma la madrileña Yolanda García Valdés desde Pekín, donde lleva cuatro años estudiando y donde percibe “de forma exagerada” el aluvión de españoles que se han ido para allá. 

Quizás la solución a estos prejuicios, que en Madrid se están atenuando desde hace unos años gracias a la integración de la población china y al interés hacia su lengua, pase por esa mundialización sobre la que dan vueltas los trabajos de Dominique Wolton. “Organizar la convivencia cultural es asegurar un mínimo de comprensión mutua que amortigüe los efectos de la mundialización”, asevera este pensador nacido en Camerún. Así es como se produce el entendimiento entre Felipe y la adolescente del tren. O entre las miles de personas de esta ciudad embrujadas por el gran dragón. 


Fuente: El País

La población extranjera en Europa

viernes, 12 de septiembre de 2014

La Mediación de Conflictos: Preguntas y Respuestas





   






Serie de videos cortos que dan respuesta a las preguntas más comunes de nuestros clientes. 

La mediación de conflictos a través de las dudas y respuestas. 

 Más información en nuestra página web: www.acuerdojusto.com

martes, 2 de septiembre de 2014

La caída del número de matrimonios




Carlos Madrid, de 36 años, espera bajo la sombra de los árboles plantados frente a la Ciudad de la Justicia de Valencia que le llegue el turno de pasar por el juzgado. Está a punto de casarse con Isabel González, de 31 años. “Llevamos siete años viviendo juntos, y a los 36 años, yo creo que ya tocaba”, explica, rodeado de familiares y amigos, mientras una prima le ajusta la flor de la solapa. 

Carlos e Isabel son un reflejo de los últimos datos de nupcialidad del Instituto Nacional de Estadística (INE), que muestran cómo los españoles se casan cada vez más tarde. Pero hay otros indicadores más contundentes. Por ejemplo, el fuerte retroceso en el número de bodas. En 2013 se celebraron un 8% menos que en 2012, y comparado con 2003, la caída es del 27%. 

“Son datos inequívocos de que se trata de una tendencia consolidada, no es un retroceso coyuntural”, apunta Albert Esteve, del Centro de Estudios Demográficos (CED) de la Universidad Autónoma de Barcelona. “Se ha dado un cambio de esquemas en la formación de la familia”, añade Teresa Castro, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC. El hundimiento es aún más vertiginoso en los enlaces religiosos: en 2012 fueron 61.809, el 37% de los celebrados en 2000 (163.636). 

Existen razones estrictamente demográficas que ayudan a explicar estos datos. El número de matrimonios depende, en parte, de la cantidad de jóvenes que hay en edad de casarse. Y ahora están llegando a los 30 años las llamadas generaciones vacías, denominadas así porque están mucho menos nutridas que las de los babyboomers de principios y mitad de la década de 1970. 

Tampoco hay que infravalorar el peso de la crisis, que retrasa (o impide, en el peor de los casos) la emancipación y los proyectos vitales de vida en pareja. 

Pero el declive del matrimonio arranca antes del estallido de la burbuja inmobiliaria y hunde sus cimientos en un cambio de usos sociales. Cada vez es más habitual que las parejas convivan al margen del régimen conyugal. La tendencia, consolidada a lo largo del siglo XXI, es vivir juntos, al menos, durante unos años antes de decidir formalizar la relación y pasar por el juzgado o el altar, si finalmente se decide hacerlo. “La cohabitación se impone como la forma mayoritaria de comenzar la vida en pareja”, apunta Esteve. 

Ello queda patente en diferentes estadísticas. Por ejemplo, en el porcentaje de mujeres entre 15 y 49 años que conviven en pareja, que se ha triplicado en diez años. Mientras en el censo de 2001 la tasa era del 6,5%, en 2011 creció hasta el 19%. 

El incremento del número de hijos fuera del matrimonio, que en 2012 ya eran el 39% del total, es otro indicador del peso que están adquiriendo los hombres y mujeres que viven juntos de espaldas al matrimonio. “Un tercio de estos niños corresponde a mujeres solas, pero el resto son de parejas de hecho”, indica Castro. 

La cohabitación prolongada previa a la boda se traduce en el aumento de la edad de los novios. El ejemplo extremo es Suecia. El patrón para formar una familia en este país sigue mayoritariamente las etapas de convivencia en pareja-hijo-matrimonio. Es el país europeo con la edad media más alta del primer matrimonio: 35,5 años en hombres, 33 en mujeres; por 33,8 y 31,7 en España, de las más elevadas. 

Ignacio Linares, de 37 años, ha seguido la secuencia sueca de formación de la familia. Se casó hace dos meses con Clara Giner, de la misma edad, después de 12 años de vida en común. Lo hizo “por los derechos que aporta el matrimonio” pensando en sus dos hijas, de tres y un año. Fue una boda de trámite, discreta. “Si no es por las pequeñas, no me hubiera casado”, comenta. 

“Es cierto que el matrimonio aporta ventajas respecto a la convivencia en pareja”, apunta Isabel Gozalo, especialista en derecho de familia del Consejo General de la Abogacía. “Los cónyuges gozan de presunciones legales de las que carecen las parejas que, por lo tanto, tienen que demostrar”. Por ejemplo, vivir bajo un mismo techo. La necesidad de probar la convivencia, lo que no siempre es una tarea sencilla, puede comportar inconvenientes en el ámbito de la Seguridad Social, tributario o administrativo, advierte la letrada. El alta en el registro de parejas de hecho sí concede mayor seguridad. Pero, una vez decidido que se quiere dar el paso de formalizar la relación, las parejas suelen optar por el matrimonio. 

Como en el caso de Ignacio y Clara, las bodas a las que asisten los novios con hijos son cada vez más frecuentes. “Yo diría que ya representan el 30%”, explica la magistrada del Registro Civil número 2 de Valencia, quien también ha advertido el incremento de edad entre los contrayentes. 

En todo caso, no todos los que conviven acaban por casarse. Pueden mantener su condición de pareja de hecho con o sin hijos. Y se consolidan figuras de cohabitación alternativas a las clásicas, como las parejas que tienen una relación estable pero, a la vez, mantienen sus viviendas. Son los living apart together (algo así como los que viven separados pero están juntos), destaca Esteve.

También se ha incrementado el porcentaje de personas que viven solas (los hogares unipersonales han crecido un 45% entre 2001 y 2011). “Baja la intensidad del matrimonio y en formar parejas”, apunta el demógrafo del CED.

Todos estos aspectos completan el dibujo que traza el INE respecto a los matrimonios y que refleja unos cambios “rápidos” relacionados con las familias españolas en las últimas décadas, señala Castro. “España empezó tarde, pero ha ido muy rápida en situarse en la media europea”, apunta. Incluso ha avanzado a países culturalmente afines, como Italia, en indicadores como hijos fuera del matrimonio o la caída de la nupcialidad. “Es algo que estamos estudiando con colegas italianos, nos llama mucho la atención”, adelanta la investigadora.




Publicado en: El País

Las dos principales ramas del Islam



Fuente: El País

lunes, 7 de julio de 2014

Cinco costumbres españolas que molestan a los inversores japoneses


Los empresarios españoles interpretan mal las señales que les envían sus posibles inversores nipones con resultados potencialmente catastróficos. 

Portada del libro de Javier Landeras 
Javier Landeras, un antiguo directivo del Santander y Banco Exterior en Tokio, Singapur o Hong Kong no quiere seguir viendo «la frustración en los ojos de muchos compatriotas que salen de una reunión con japoneses creyendo que todo está hecho para darse cuenta luego de que todo estaba por hacer». Landeras ha dicho ‘basta’ escribiendo un libro que identifica las estrategias de los astutos negociadores nipones y los motivos culturales que las justifican. 

El volumen profundiza en 408 páginas mucho más que cualquiera de esos manuales de usar y tirar que pueden encontrarse al lado de la sección de bebidas alcohólicas, perfumería o best-sellers de ocasión en las terminales internacionales de El Prat, Adolfo Suárez o Narita. La tercera economía mundial no es país para dummies, parece decir el autor entre líneas. 

En Cómo hacen los japoneses: un enfoque cultural para negociar con Japón se pueden encontrar cinco comportamientos típicos y contraproducentes de empresarios españoles que el autor ayudó a identificar a EXPANSIÓN en una entrevista. Son éstos. 

Primero: si no es su amigo, no lo trate como si lo fuera 

Landeras advierte contra «cualquier familiaridad excesiva con el interlocutor, preguntas personales o bromas que no vienen al caso», porque en Japón se valora precisamente «ser reservados y que respeten el derecho de los demás a salvaguardar su intimidad». La confianza, afirma, se consigue paso a paso, se consolida a muy largo plazo y no hay atajos en el camino. Los atajos «pueden dar una impresión de prepotencia, de arrogancia extranjera y eso reduce considerablemente las posibilidades de éxito de cualquier intercambio comercial». 

Recuerde que no se pone en cuestión el honor o la dignidad del otro bajo ningún concepto hasta el punto de que sus interlocutores le pedirán constantemente disculpas no porque le hayan ofendido, sino por si usted ha interpretado sus acciones o comentarios como una ofensa. Esperarán la misma reacción de cortesía por su parte. 

Por cierto, una de las manifestaciones más claras del gusto por la intimidad es que aprecian mucho la distancia física, según el veterano ejecutivo. Tocar, abrazar y hacer gestos ostentosos de complicidad equivale a no respetar la distancia de seguridad en una carretera llena de conductores novatos: vaya preparando los papeles del seguro, porque la colisión cultural se volverá inevitable. 

Segundo: si aprendió a hablar, aprenda ahora a callarse 

Es habitual que se envíe a las misiones comerciales a ejecutivos con «grandes destrezas verbales, con muchos recursos retóricos», señala, «pero mi recomendación es que sean éstos los que se queden en casa o por lo menos que no lideren la expedición». El motivo principal es que los negociadores nipones desconfían de los alardes verbales porque los relacionan con falta de seriedad, con el típico comportamiento de buhoneros y mercachifles. Además, aprecian el silencio hasta el punto de no ver violencia alguna en que veinte personas se miren a los ojos en mitad de una reunión, rigurosamente calladas, en una sala forrada con maderas nobles, sin mucha más decoración que las jarras de agua de las mesas y aislada del ruido del mundo con ventanas de grueso calibre. 

Durante una especie de impás que puede llegar a durar 45 largos segundos, los españoles empiezan a revolver los papeles, a estrujarse el cerebro buscando un tema de conversación (¡el que sea!) y a reajustarse por cuarta vez el nudo de la corbata. Lo único que se escucha es el suave zumbido de un proyector petrificado durante minutos en una sola diapositiva, que a estas alturas todos se saben de memoria. 

Mientras tanto, los negociadores japoneses sencillamente disfrutan de la armonía que para ellos representa el silencio, un espacio que les permite estudiar el lenguaje corporal de sus rivales y la credibilidad o desconfianza que destilan sus miradas. Por supuesto, no todo es poesía: creen que el silencio forzará a los españoles a hablar más de la cuenta y a brindarles una información que igual no tenían previsto compartir con ellos. 

Hay otros elementos que el empresario español puede interpretar tan mal como el silencio. Si dicen que «sí» a una oferta esto significa que se lo pensarán, si dicen que «se lo pensarán» lo que harán será guardarla en el cajón y dejarla dormir el sueño de los justos. Por último, si se expresan «empleando un lenguaje circular que no parece ir a ningún sitio», no lo tome como indiferencia sino como una forma de diplomacia que sirve para no dar información adicional, para evitar un comportamiento que sus compatriotas considerarían arrogante y para ajustarse a la manera en la que se relacionan los japoneses hasta que alcanzan un grado muy intenso de complicidad. 

Tercero: usted ofrece el mejor precio, ¿y a mí qué me importa? 

«Los proveedores de una empresa están ligados a ésta por un sólido vínculo de lealtad recíproca», apunta Landeras. Esto significa que cuando los directivos españoles sacan el Excel y el PowerPoint para demostrar que ellos son más baratos y eficientes, están obviando una ventaja crucial de sus competidores. 

Esto no sólo ocurre cuando se presentan como proveedores o socios, sino que también pasa a la hora de reclutar a un profesional talentoso de otra compañía. «Ese trabajador considera que la empresa es su casa, su hogar para la mayor parte de su vida», matiza el directivo, «y además, tiene en cuenta que lo contrataron seguramente por influencia de un profesor de la universidad donde estudiaba, a quien también le debe lealtad y tendría que pedirle permiso antes de cambiar de empleo». 

Por supuesto, esto ya no ocurre tanto en las grandes multinacionales niponas como en muchas de las pymes locales, que representan más del 70% de todos los puestos de trabajo y generan más de la mitad de toda la producción nacional. Según un ranking reciente sobre globalización, Japón ocupa el puesto 59, muy alejado de países de la OCDE menos desarrollados como España (14) o emergentes de su propio vecindario como Malasia (24). 

La vinculación emocional también juega un papel crucial a la hora de vender un simple producto al consumidor. Ya no es suficiente con competir en precio y calidad, sino que aquí gana el que cuenta la mejor historia; una historia que tiene que llegar directamente al corazón del cliente y permitirle formar parte de un colectivo más amplio y definido por unos valores con los que se identifica. 

Cuarto: las cartas de amor son para el jefe de división, no para el presidente 

Los directivos españoles «pueden llegar a creer que las operaciones se cierran casi por la química o el acuerdo entre los máximos directivos de las dos compañía»s pero, matiza Landeras, «esto casi nunca es así». En realidad, «las decisiones se toman de abajo a arriba, es decir, parten del jefe del departamento o división implicados en la adquisición de nuestro producto o servicio y desde allí llegarán, capa a capa, hasta la mesa del presidente con forma de propuesta». El presidente o consejero delegado puede reservarse la última palabra, pero ni tiene la primera ni lidera la conversación que fluye río arriba a través de su cadena de mando. 

Por eso, recuerda el autor del libro, «en las ferias internacionales solemos extrañarnos de que vengan oleadas sucesivas de ejecutivos de la misma empresa en días distintos preguntándonos por nuestros productos». El primer día han ido probablemente los técnicos y aquellos a los que les afectaba directamente cualquier adquisición y en los días posteriores habrán llegado sus jefes y los jefes de sus jefes que informarán al jefe de división. 

Quinto: los modales en la mesa van más allá de comer con palillos 

Cuando los japoneses hacen las veces de anfitriones, son extremadamente cuidadosos con el protocolo en las mesas. Una regla de oro, apunta Landeras, es «no poner al invitado nunca de espaldas a la puerta». Otra máxima fundamental, sigue, «es que las tarjetas de visita se entreguen con mucha delicadeza, se lea con atención su contenido aunque se conozca y se coloquen encima de la mesa para saber a quién dirigirse en cada caso con el cargo que ostenta». 

Hay otro elemento que puede incomodar a muchos empresarios y profesionales españoles. El veterano directivo recuerda que «el papel de la mujer no es el mismo en Japón que en España y que no beneficia en las negociaciones que sea una mujer la que lidere uno de los equipos». Esto no significa que condene las operaciones al fracaso, sino que las hace más difíciles y pone a los interlocutores en desventaja frente a otros negociadores extranjeros que respeten este código cultural. Landeras también confiesa que nada debe llevarse al extremo: «Una cosa es que ellos no quieran ver a una mujer tomando el timón y otra que las mujeres no puedan formar parte de la delegación y participar activamente en las conversaciones». 

Fuentes del sector advierten que en el libro no se mencionan las visitas de rigor a clubes nocturnos tras las negociaciones entre los directivos. Estas mismas fuentes creen que si se lleva a una mujer liderando la expedición, se cierra la puerta a compartir confidencias en este tipo de entornos marcados por el relax, la camaradería y el exceso de alcohol. Los japoneses «no se atreverán a dejar fuera a la líder del equipo contrario y lo harán evitando la salida nocturna, algo que al final puede beneficiar a otros competidores occidentales que conocen las reglas del juego aunque no les gusten»


Autor: Gonzalo Toca
Publicado en: Expansión

martes, 24 de junio de 2014

Carteles de la Mesa Interreligiosa de Castellón

Bajo el Mango: Traducciones


Paseando por Internet he encontrado la página de Translation-africa.com que promete traductores de al menos los 50 idiomas y dialectos más importantes de África. Se trata de un servicio dirigido, principalmente, a clientes de fuera del continente que quieren invertir, hacer negocios o simplemente ayudar a través de ONG.

Tradicionalmente, para la mayoría de los trabajos realizados en estas áreas se utilizaba el inglés, el francés, el portugués o el árabe. Sin embargo, parece que el panorama está cambiando poco a poco y los idiomas indígenas están experimentando un auge nunca antes conocido. Este fenómeno está provocando una cada vez mayor demanda de traductores en todo el continente; sobre todo profesionales que en la actualidad son bastante escasos.

Algunos ejemplos de esta nueva tendencia los encontramos, por ejemplo, en Gambia donde el pasado mes de marzo el Presidente Yahya Jammed declaró que el inglés dejará pronto de ser el idioma oficial del país y será sustituido por una lengua local.

A principios de año, el gobierno de Zambia aprobó una nueva ley por la que se establece que en las escuelas de educación primaria debe utilizarse las lenguas locales en vez del inglés.

Igualmente, en el estado sudafricano de Western Cape se ha puesto en marcha un proyecto piloto para enseñar durante los primeros años de la educación primaria en Xhosa.

En octubre de 2013, la Asamblea Legislativa de África del Este reafirmó su deseo de que el swahili se convierta en la lengua franca de la región.

Junto a estas iniciativas se aprecia un rápido crecimiento de páginas webs, aplicaciones para móviles, subtítulos de películas, música, publicidad… en lenguas locales por todo el continente y da la sensación de que esta tendencia no hará otra cosa que seguir creciendo.



Esta es una de las principales razones por la que la demanda de servicios profesionales de traducción e interpretación está en auge. Sin embargo, la realidad es que muchas de las empresas e individuos que los demandas se quejan de la falta de profesionalidad de los mismos. Esta es la principal debilidad de este pujante sector que se estima mueva unos 35 mil millones de dólares al año en todo el continente.

Posiblemente, los que acusan a estos servicios de falta de profesionalidad lo hagan porque no saben que en África los ritmos y los modos son diferentes que en sus países de origen. También puede deberse a los malentendidos y a la ignorancia de los que demandan estos servicios. Por ejemplo, mucha gente me preguntan: “¿Tú hablas sierraleonés?” Siempre tengo que explicar que en Sierra Leona existen varios idiomas: mende, limba, temne, kuranko, loko, fulla, mandingo, kissy, susu… además del krio que se utiliza como lengua franca, pero no un idioma sierraleonés. Por eso imagino que, como ya ha sucedido, es posible que alguien llegue a Freetown, la capital del país, y pida que se le traduzcan unos documentos al sierraleonés. Esta falta de conocimiento pude llevar a tildar de poco profesional los servicios contratados ya que se espera algo que no existe.

Por el lado africano hay que tener en cuenta que generalmente se ha considerado que las lenguas locales no tienen cabida en las instituciones nacionales, obligándose a utilizar el inglés o francés, por ejemplo, en los parlamentos o en el mundo académico. Incluso hoy día, en muchos países se castiga a los alumnos que utilizan la lengua local durante el tiempo que pasan en el colegio, aunque sea en los recreos o cambios de clase. Evidentemente, esto ha tenido consecuencias negativas para el desarrollo de estos idiomas.

Otro elemento a tener en cuenta es que la gran mayoría de los idiomas africanos son orales y no han comenzado a tener forma escrita hasta hace muy poco tiempo. Fueron los misioneros protestantes con su afán de traducir la Biblia al mayor número posible de idiomas los que empezaron a poner por escrito estas lenguas. Sin embargo, no existen criterios comunes ni reglas aprobadas y supervisadas por una especie de Academia. Así nos encontramos que los miembros de una misma tribu que viven en Sierra Leona se llaman susu y los que viven al otro lado del río en Guinea se llaman sousou. O que un apellido muy común se escribe Touré en los países francófonos y Turay en los anglófonos.

Pasa incluso al interno de un mismo país. En el libro que me estoy leyendo actualmente, Measuring time, del nigeriano Helon Habila, la grafía utilizada para escribir las conversaciones en pidgin difiere de la utilizada por su compatriota Okey Ndibe en su obra Foreign Gods Inc.

Esta falta de estandarización, evidentemente, puede representar un problema para el cliente que pide una traducción en una lengua local.

A esto se suma que los pocos cursos universitarios sobre traducción que existen en el continente se centran en las lenguas oficiales: inglés, francés y portugués. Es verdad que en los últimos años estos estudios se están abriendo a otros idiomas como el chino, el árabe y el castellano. Pero todavía están muy lejos de considerar las lenguas locales. Esto tiene como consecuencia que no existan cualificaciones académicas que avalen el trabajo de los traductores e intérpretes del continente cuando trabajan con lenguas locales.

Lo importante aquí es darnos cuenta de que, como tantas otras veces en África, estamos asistiendo al desarrollo de algo nuevo: el realce y valoración de las lenguas locales y todo los que se mueve alrededor de este fenómeno y que puede suponer una nueva fuente de negocio para el continente.


Escrito por: Chema Caballero 
Publicado en: Mundo Negro