viernes, 7 de enero de 2011

Hablar con acento extranjero nos hace menos creibles

Aprender varios idiomas puede ser una gran ventaja, entre otras cosas porque nos permite comunicarnos con personas de culturas muy diversas y porque nos facilita el acceso a una inmensa cantidad de información. Sin embargo, todos los efectos de hablar un idioma extranjero no son positivos; de hecho investigadores de la Universidad de Chicago afirman que las personas que hablan con un acento extranjero son percibidas como menos creíbles.
Pero asombrosamente este efecto de pérdida de la credibilidad no se debe a simples estereotipos sociales sino que sienta sus bases en el efecto de la fluidez. Según el efecto de la fluidez, la mayoría de las personas tienen la tendencia a pensar que mientras más fácilmente se procese y se haga llegar un mensaje, éste será más verdadero. Una generalización totalmente errónea pero que en ocasiones determina nuestras creencias desde lo más profundo del inconsciente.
Para demostrar este fenómeno los investigadores reclutaron 9 personas que debían pronunciar frases triviales del tipo: “Una girafa puede sobrevivir sin agua por más tiempo que un camello”. Tres de estas personas eran nativos de los EUA por lo que no poseían ningún acento particularmente diferenciable; otros tres tenían un leve acento extranjero originario de Polonia, Turquía y Alemania y otros tres poseían un fuerte acento proveniente de Corea, Turquía e Italia.
Posteriormente un total de 28 estudiantes debían evaluar la veracidad de los hechos que exponían estas nueve personas. Por supuesto, a cada participante se les hizo creer que el estudio se trataba de evaluar la intuición en la valoración de los hechos, de forma que no estuviesen particularmente atentos al acento y se dejó bien claro que cada información leída había sido proveída por los propios investigadores de forma que las nueve personas simplemente actuaban como lectores.
Al finalizar el experimento se apreció que, en una escala del 0 al 14, siendo el 14 la expresión de la verdad absoluta; los estudiantes consideraban los hechos leídos por sus coterráneos como más creíbles. Hablando en términos estadísticos, los lectores que no poseían ningún acento lograron un índice de 7.59 en credibilidad mientras que aquellos que tenían un acento leve obtuvieron un índice de 6.95 mientras que los lectores con un fuerte acento extranjero alcanzaron un modesto 6.84. (Vale aclarar que en términos estadísticos estas variaciones son altamente significativas).
Al llegar a estos resultados los investigadores se preguntaron si el tiempo y la dificultad para procesar un acento extranjero podría interferir en los juicios. Para comprobar esta idea se replicó una vez más el experimento con 27 estudiantes pero en esta ocasión se les explicó el verdadero objetivo del estudio. En este caso, no se apreciaron diferencias significativas en la credibilidad.
Los investigadores afirman que una vez que concientizamos el efecto de la fluidez, el mismo deja de ejercer su influjo sobre nuestras creencias. No obstante, tampoco debe desdeñarse el hecho de que actitudes xenofóbicas puedan potenciar el efecto de la fluidez, restándole credibilidad a los acentos extranjeros que equivaldrían al cambio y a lo nuevo.

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