En 1968, Jane Elliot, una profesora de un pequeño pueblo de Iowa, Riceville, donde la población es –y sigue siendo- en un 100% blanca, propone en el día de la Hermandad, en su clase de 3º de Primaria el tema de la discriminación. Para sensibilizar a los niños sobre la discriminación separa a la mitad de la clase en niños de ojos azules –los mejores- y los niños de ojos marrones. Los niños de ojos azules se les elogia, obtienen privilegios, como salir al recreo a la hora estimada, hablar antes que los niños marrones cuando se les pregunte, jugar con los demás niños, frente a los niños de ojos marrones los cuales se les dice que son peores que los azules, más torpes, saldrán más tarde al recreo, y no se les permite jugar con otros niños que no sean del bando de los ojos marrones.
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