España, junto con Italia y Suecia, forma parte de los pocos países europeos en los que no se anticipa una recuperación de los flujos migratorios, según datos del informe de 2012 sobre esta materia a nivel internacional de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en Europa (OCDE). La causa sería la crisis económica y su efecto en el mercado laboral, más que las políticas restrictivas hacia la llegada de inmigrantes.
El secretario general de la OCDE, Angel Gurría, ha insistido en que la caída de la inmigración hacia España está vinculada a la menor demanda de empleo en sectores clave, como la construcción, que ha dado trabajo a gran parte de los extranjeros que llegaban al país.
El informe destaca que los programas de retorno voluntario que puso en marcha el anterior Ejecutivo han tenido un impacto muy limitado, con cerca de 12.000 solicitudes aprobadas entre noviembre de 2008 y diciembre de 2010.
En 2011 España registró por primera vez una emigración neta de 50.000 personas,. Un dato que contrasta con la inmigración neta de 2010, cuando el país recibió 60.000 personas. La mayor parte de las personas que emigraron eran nacionales extranjeros, según el informe.
En 2010 llegaron cerca de 431.300 inmigrantes, un 8% menos que en 2009, que ya había registrado una fuerte caída del 40% respecto de 2008. Mientras ese año se registraron 692.200 inmigrantes, en 2009 llegaron sólo 469.300 extranjeros.
'Estas tendencias, que son consecuencia de la crisis económica que ha afectado a España de manera especialmente dura, han llevado a un flujo (de inmigración) neto de menos de 95.000 en 2010, casi la mitad del nivel de 2009', señala la publicación.
El informe destaca que sólo el 7% de quienes emigraron en 2010 eran ciudadanos españoles nacidos en España, por lo que gran parte de los emigrantes eran extranjeros que regresaron a su país de origen, algunos de ellos tras obtener la nacionalidad española.
Fuente Original: Red Inmigrante
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