lunes, 30 de noviembre de 2020

¿Cuánto pesa la mochila emocional en mediación?

Frustraciones, ausencias, reproches, frases no dichas o disculpas que nunca han llegado son algunos de los elementos que vamos acumulando a lo largo de nuestra vida y que al final son un lastre que nos impide avanzar. 
 
En cuantas sesiones de mediación observamos que esa mochila de emociones pesa mucho para una de las partes o para las dos. Debemos intentar que hagan limpieza de esa mochila, de la que muchas veces no saben que les va a ayudar a sentirse mejor o, lo que es lo mismo, más libres para poder llegar a acuerdos más realistas. 
 
No olvidemos que un proceso de mediación debe ser equilibrado para las dos partes, si no existe ese equilibrio la mediación va “tocada” y los acuerdos no serán equitativos para los dos. 
 
Si son capaces de eliminar los elementos tóxicos no solo se quitarán peso, también dejarán hueco para lo positivo que les rodea y así los acuerdos a los que puedan llegar sean más positivos y lleguen antes a la sensación de GANAR-GANAR. 
 
Cuando se sientan delante de nosotros, en la mayoría de los casos, vienen en una situación de conflicto en diferentes escalas; pero traen en su mochila recuerdos, experiencias y creencias que se han acumulado, y muchas veces no han sabido gestionar. 
 
Una mochila donde los pensamientos negativos o dolorosos son como piedras que pesan mucho, mientras que los positivos son como pompas que les ayudan a flotar y les deben dar fuerza para afrontar la situación con energía y buenas intenciones. 
 
A mediación acuden con más piedras que pompas, y en muchas ocasiones no se dan cuenta porque han puesto el piloto automático y se van cargando de daño emocional que esas piedras van originando, hasta que ya no pueden más. 
 
Es importante que sepamos detectar como se encuentra la mochila emocional de las partes, que piedras les hacen daño y si dejan ver alguna pompa donde “agarrarnos” para que vean algo positivo, porque haciendo una buena gestión de esas emociones serán una de las clave del éxito de la mediación. 
 
Hay una serie de pasos que, como mediadores, debemos tener en cuenta: conseguir que abran la mochila para que tomen conciencia de lo que hay dentro. Pero cuidado, no podemos obligar a nadie a que abra su mochila, pero si debemos intentarlo. 
 
Una vez abierta, deben ser conscientes de que muchas reacciones en el conflicto, son fruto del peso que llevan en ella. Desde las relaciones personales hasta ciertas actitudes que han tomado frente a determinadas personas o situaciones, que se han visto condicionadas por algo que tienen acumulado en alguna parte de su mente, y que no son plenamente conocedores de lo mucho que les afectan. 
 
Deben admitir que la vida, pasada, presente y futura, consiste en llenar la mochila de piedras o de pompas. Metan lo que metan en ella lo importante es que sepan vaciarla de vez en cuando. Más aceptación y menos resignación. 
 
Es importante tener la capacidad de gestionar y analizar las situaciones, e intentar quedarse con aquello positivo que ayude en el momento a solucionar el conflicto que tienen abierto. 
 
Una herida abierta siempre dolerá, mientras que una que se curó y se cuidó, se convertirá en una lección aprendida y una cicatriz que siempre estará y nunca más se debería abrir. Esa vivencia, aunque dolorosa en ese momento, dejará de ser tormentosa en el futuro, y por lo tanto, su peso será inferior. 
 
Ojalá pudiéramos abrir todas esas mochilas en las sesiones de mediación y hacer ver a las partes que vaciándolas los acuerdos basados en el futuro serán más fructíferos y sobre todo menos dolorosos y más viables. Un saludo José Antonio Veiga 
 
 

Publicado en: Mediación: Filosofía de la Vida

Autor: José Antonio Veiga

 

 

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